Para ello, los niños prepararon diferentes disoluciones.
Un grupo se encargó de traer agua en cuatro frascos.

Nerea se encargó de comprobar que lo que íbamos a echar en uno de los frascos con agua era sal.

Leo comprobó que el siguiente bote tenía azúcar.

Después pusimos etiquetas a cada uno de los frascos, para no liarnos.
A continuación los niños prepararon las disoluciones:

Agua con sal de mesa

Agua con azúcar

Agua con bicabornato

y solamente agua.
Por último, echamos unas cuentas de plástico para comprobar dónde flotaban mejor.
Comprobamos que los objetos flotaban mejor en agua salada y costaba más hundirlos.
Pincha AQUÍ para ver todas las fotos.